Nubes y Lluvia by Zahra Owens

Nubes y Lluvia by Zahra Owens

autor:Zahra Owens [Owens, Zahra]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Dreamspinner Press
publicado: 2021-05-05T16:00:00+00:00


Capítulo 16

COMO era habitual, Flynn se levantó temprano para comenzar a trabajar, cada vez más a menudo Gable se le unía para desayunar, pero hoy no estaba preparado para la confrontación, así que se hizo el dormido.

Había sido una noche demasiado emotiva y realmente no quería pensar en lo que había ocurrido, pero tampoco podía sacudírselo de la mente. La revelación de Flynn de que estaba intentando compensar un error de su juventud cuidándole, no era la mejor noticia que le podían dar pero tenía que admitir que el hecho de que lo hiciera, era lo único que evitaba que se matara.

Flynn se había quedado con él, apretándole fuerte contra su pecho, lo que hizo que fuera calmándose poco a poco y que pudieran hablar. Estaba claro que evitaban los temas importantes, hablando del rancho, de cómo iba todo y de que Flynn tendría que comenzar a trabajar más para que el rancho continuara adelante ahora que casi había acabado el invierno. Más tarde, cuando Flynn le había ayudado a subir las escaleras y se habían ido a la cama, había vuelto a apretarlo con fuerza, esta vez con el objetivo de persuadirle para que llamara a Craig, pero Gable no estaba preparado. Le había dicho que sí, solo para quitárselo de encima, pero su pierna todavía dolía mucho como para aprender a caminar otra vez. No le importaba estar un poco más de tiempo moviéndose con las muletas. Lo había hecho durante semanas después del accidente y ahora que notaba como poco a poco la fuerza volvía a sus músculos, todo se hacía cada vez más fácil.

Sin embargo, las mañanas eran muy largas, y sentarse en la ventana intentando alcanzar a ver un poco de lo que hacía Flynn cerca del granero y los potreros, solo lo mantenía ocupado durante un rato. Sabía que no podía hacer nada útil en el granero con las muletas, pero se moría por ver a Brenner y a T.C. de nuevo, y por poder oler a los caballos. La nieve se había derretido y calculó que podría llegar hasta allí y descansar una poco antes de volver a casa. Todavía hacía frío, así que Gable se puso un abrigo y comenzó a caminar hacia el granero. A pesar de su coraje inicial, tuvo que pararse a medio camino para recuperar el aliento. No se iba a dar por vencido, especialmente no cuando empezó a llover. Miró al cielo oscurecido y lo vio partirse por los rayos, así que tomó aliento y apresuró el paso como pudo para llegar al granero donde estaría seco y caliente.

Gable no se arrepintió. El olor de los caballos y del heno esparcido en el lateral, lo ayudó a sentirse de nuevo en casa. Tras un potente trueno, oyó a Brenner relinchar, así que intentó caminar hacia el establo del caballo.

—Muy bien, chico, no pasa nada.

El caballo se acercó, obviamente reconociendo a su dueño, y le golpeó la mano con el hocico.

—Lo siento, chico, no he traído zanahorias ni manzanas.



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